Presion profunda – Parte Uno
PRESION PROFUNDA – PARTE UNO
Las técnicas de presión profunda son más concretas y relajan la tensión de zonas específicas. Deben aplicarse con cuidado para evitar cualquier molestia. Están pensadas para aplicarse una o dos veces, escuchando la respuesta del compañero, y la zona que rodea el punto debe aliviarse después.
PRESIÓN CON EL PULGAR
PRESION profunda
CONTACTO yema del pulgar
Ésta es una técnica de fricción en la que la presión se aplica exactamente sobre un punto específico, normalmente sobre un punto de presión. Hace que los músculos se suelten y equilibra la energía en un meridiano concreto. Los puntos de presión o disparaderos se encuentran repartidos por todo el cuerpo. El movimiento debe realizarse con una presión uniforme, y también debe aflojarse sin brusquedad, y debe mantenerse durante unos momentos. La técnica se aplica después de que el cuerpo haya sido relajado.
Cómo hacerlo
Localiza el punto donde vayas a aplicar la presión. Coloca la yema del pulgar sobre la superficie de la piel de tu compañero y presiona lenta y uniformemente contra su cuerpo. Centra tu atención en el punto de contacto. Manten la presión durante unos momentos y suelta. Cuando sientas resistencia, relaja la presión y vuelve a intentarlo.
Presión del pulgar sobre la planta del pie
Sujeta el pie de tu compañero con una mano. Localiza el punto en el centro de la planta y coloca el pulgar sobre él. Presiona hacia dentro contra el pie, manten durante unos momentos y suelta lentamente. Frota con mucha suavidad sobre el punto para relajar la zona y completa la técnica.
Presión del pulgar sobre el tobillo
Sujeta el pie de tu compañero y presiona alrededor de la articulación con el pulgar. Hazlo lenta y uniformemente en dirección a la articulación, y afloja igual de despacio. Esto ayuda a estimular la circulación y a aumentar la movilidad. Estos movimientos pueden con continuarse con ejercicios pasivos del tobillo.
Presión de los pulgares sobre la cara
Coloca los pulgares debajo de las cuencas de los ojos de tu compañero, sobre el borde óseo situado debajo de los ojos. Empezando en el puente de la nariz, presiona suavemente con los pulgares y suelta. Continúa presionando y
soltando a intervalos regulares, utilizando ambas manos simultáneamente, mientras trabajas a lo largo del reborde hasta el extremo exterior de los ojos. Esto ayuda a refrescar los ojos.
PRESIÓN DE LOS DEDOS
PRESION profunda
CONTACTO yemas de los dedos
La presión de los dedos es otra técnica de fricción que suele realizarse con dos dedos juntos. Proporciona una presión menos precisa sobre una zona mayor, lo que en ocasiones puede resultar más apropiado. La presión se aplica con las yemas de los dedos.
Cómo hacerlo
Coloca las yemas de los dedos sobre el punto que vas a estimular y a continuación presiona de manera uniforme contra el cuerpo de tu compañero con ambos dedos. Relaja la presión lentamente. Como esta presión se distribuye entre los dos dedos, el truco consiste en asegurarte de que aplicas la técnica de forma equitativa entre ambos.
Presión de los dedos sobre la cabeza
Apoya la cabeza de tu compañero sobre una de tus manos y gírala un poco para que puedas alcanzar la parte posterior del cráneo. Presiona con los dedos corazón y anular justo por debajo de la base del cráneo, asegurándote de no profundizar. Los músculos de esta zona pueden estar bastante tensos, y esta técnica es una buena forma de soltarlos. Repite en varias posiciones.
Presión de los dedos sobre la cadera
Después de trabajar sobre los músculos del muslo, localiza la articulación de la cadera de tu compañero con las puntas de tus dedos. Presiona con las yemas sobre los músculos que la rodean. Comienza con suavidad y afloja si percibes resistencia; a continuación vuelve a probar asegurándote de que tu presión sea cómoda y uniforme pero efectiva.
Presión de los dedos sobre la nariz
Localiza las suaves depresiones situadas a los lados de la nariz de tu compañero. Con las manos firmes, coloca tus dos dedos corazón sobre estos puntos y presiona suavemente con las yemas para estimularlos. La dirección de la presión debe dibujar una ligera diagonal hacia la nariz. La presión debe ser constante pero no demasiado fuerte.
VIBRACIÓN
PRESION profunda
CONTACTO yemas de los dedos
La vibración es una extensión de la presión de los dedos y del pulgar. Se utiliza para estimular puntos específicos con penetración, por lo que debe emplearse con cuidado. Evita el pecho y el abdomen cuando trabajes la parte delantera del cuerpo, la zona del corazón en la espalda y cualquier área dolorida.
Cómo hacerlo
Coloca los dedos o el pulgar sobre el punto que vas a estimular. Presiona contra el cuerpo, pero al comenzar lentamente a hacerlo imprime una vibración a tus dedos al mismo tiempo. Esto intensifica la estimulación y ob servarás que puedes usar menos presión. Tras unos momentos, deja de vibrar y relaja la presión de la forma normal.
Vibración sobre la espalda
Localiza el punto sobre los músculos situados junto a la columna de tu compañero. Coloca el pulgar sobre el cuerpo y comienza a presionar sobre el punto, haciéndolo vibrar con rapidez al mismo tiempo. La vibración debe ser sobre el punto y sin mover la piel. Relaja la presión lentamente sin vibración.
Vibración sobre el antebrazo
Coloca los dedos corazón y anular sobre los músculos del antebrazo de tu compañero, asegurándote de que estás presionando el músculo y no el hueso. Cuando presiones, comienza el movimiento vibratorio con los dos dedos para aumentar la penetración. Haz una pausa y afloja la presión lenta y uniformemente.
Vibración sobre la cara
Coloca el dedo corazón de las dos manos sobre los huecos óseos situados junto a las cejas de tu compañero. Muy muy suavemente, haz vibrar los dedos sobe el punto sin apenas utilizar presión. Esta técnica ayuda enormemente a dar energía a los ojos y la cara.
CONTINUACCIÓN – PRESION PROFUNDA – PARTE DOS