MASAJE HOLISTICO: LA ESPALDA PARTE UNO
MASAJE HOLISTICO: LA ESPALDA
Éste es el principio de tu masaje; comprueba, por tanto, que tienes a mano todo lo que vas a necesitar y, lo primero de todo, céntrate. Luego disfruta las largas y amplias pasadas a lo largo de la espalda y la oportunidad de masajear algunos grandes grupos musculares.
1 primer contacto Sitúate junto a la cabeza de tu compañero. Comprueba que está cómodo. Vacía tu mente, respira despacio y relájate. Concéntrate en tu cuerpo e imagina que estás aspirando por los pies y exhalando lentamente por las manos. Al exhalar, coloca planas las mansos sobre la espalda de tu compañero y relájate durante unos momentos. Esto establece el tono del masaje.
2 rozamiento Frótate un poco de aceite en las manos. Inclínate hacia delante y coloca las palmas, juntas y planas, sobre la parte superior de la espalda. Deslízalas todo lo que puedas hacia la zona lumbar. Tus manos deben estar planas contra el cuerpo de tu compañero, en contacto constante, y deben amoldarse a sus músculos. El rozamiento extiende el aceite, relaja a tu compañero y te ofrece la oportunidad de percibir cualquier tensión.
3 rozamiento Cuando alcances el final del movimiento descendente, extiende los dedos y separa las manos para que vuelvan a subir por ambos lados de la caja torácica. La presión debe ser mucho más ligera en la subida. Vuelve a la posición inicial y repite los movimientos varias veces. Tus manos deben deslizarse y producir una sensación tranquilizadora, pero sin apretar demasiado..
4 rodado con el pulgar Coloca los dos pulgares sobre los músculos de un lado de la columna, en el triángulo formado por el cuello y el omóplato. Rueda con las yemas de los pulgares en movimiento continuo bajando por el lado de la columna. La presión debe ser suficiente para relajar los músculos, pero sin que resulte dolorosa. Comprueba con tu compañero que es la adecuada antes de repetir.
5 presión con la palma Sujeta el hombro por debajo con una mano y coloca la palma de la otra plana sobre la parte superior de la espalda de tu compañero, con los dedos rodeando el hombro. Muévela alrededor del borde del omóplato aplicando presión hacia abajo, en dirección al cuerpo. Repite varias veces para relajar los músculos, presionando contra el omóplato tan cerca de él como te sea posible.
6 presión con el pulgar Continúa sujetando el hombro con la mano inferior y presiona con el pulgar de la otra alrededor del omóplato, entre las costillas pero no directamente sobre ellas. Aplica una presión uniforme con la yema del dedo, mantenía un momento cada vez y afloja. Esto estimula los músculos situados entre las costillas y ayuda al hombro a relajarse.
7 presión con la zona hipotenar Continúa sujetando el hombro y coloca la zona hipotenar (la almohadilla situada justo encima de la muñeca) sobre el propio omóplato. Aplica presión mientras te desplazas en diagonal sobre los músculos y relájala cuando masajees hacia el brazo. Presiona y dibuja círculos con la zona hipotenar allí donde sientas los músculos tensos, mientras la otra mano te proporciona una resistencia muelle.
8 pases neurosedantes Para cerrar la secuencia, pasa suavemente las puntas de los dedos de las dos manos a lo largo del brazo de tu compañero. Barre ligeramente, llevando la atención desde la espalda hacia la mano. Repite varias veces. A continuación vuelve a la cabeza y comienza la secuencia completa en el otro lado. Trabaja siempre con la cabeza girada al lado contrario al del hombro que estés masajeando.
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